los toreros muertos

Comenzó siendo una broma y llegó a situarse entre las principales bandas españolas de pop de la segunda mitad de la década de los ochenta. El grupo surgió de la mente efervescente de Pablo Carbonell, un veinteañero gaditano que, mediados los 80, ya afincado en Madrid, comenzó a emular a sus adorados Madness con la ayuda de algunos músicos que, como él, tenían cierta vocación etílica y provocadora.
Su debút discográfico llegó por fin de la mano de Ariola, que les editaría en 1986 el maxi single “Yo no me llamo Javier”, antesala de lo que poco después será su primer álbum “30 años de éxitos”, trabajo en el que Pablo Carbonell muestra otra de sus facetas, la de excelente dibujante. Asimismo, “Mi agüita amarilla” resulta un éxito y el trío se hincha a tocar por España aquel verano.
En 1987, los Toreros Muertos parodian los cursos de inglés y se ríen de la solidaridad internacional en el álbum “Por biafra” (Ariola, 1987).





Los toreros muertos - Mi agüita amarilla (1986)

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